6. Y comenzó el cambio


El hombre se acercó con una sonrisa burlona en la cara, pese a su gran altura avanzó ágil hacia nosotros y sorprendidos retrocedimos.

Lo teníamos enfrente, agachándose miró con su único ojo a los míos, una gran cicatriz recorría el lado izquierdo de su cara, una prótesis biónica cerraba la herida profiriéndole un aspecto mecánico bastante desagradable, era un veterano de la I Brigada.

Comenzó a hablar:

- Beso los pies de los héroes- dijo entre carcajadas

- Desarmados y asustados-siguió diciendo, esta vez algunos guardias también se rieron con él.

- Veníais a por suministros y nuevas ordenes..., preguntarle a Kronhus,

pero creo que el jefe del consejo a perdido un poco la cabeza.

Las carcajadas retumbaron en toda la sala, provocando un eco de risas atronador.

Dándonos la espalda subió las escaleras y sentándose en el trono de metal dijo:

- Tengo nuevas ordenes para vosotros, uniros....o morir.

Su sonrisa se convirtió en una línea recta y sus cejas se arquearon, dejando apreciar más su ojo biónico.

- La brigada de defensa humana ha caído, bienvenidos al PROYECTO M.A.K.O.R.

5.TRAICION


Después de tres días de marcha por las praderas desérticas de Kylathos, llegamos a la gran muralla natural de Nor Kasville.

Camuflada por el holograma de una pared rocosa, la puerta a la fortaleza era protegida por pequeños robots de vigilancia con la apariencia de rocas, que cubrían un espacio óptico de un kilómetro . Antes siquiera de salir a la gran planicie de Kasville, los del interior ya nos estaban esperando.

El holograma se disipó y dio paso a una gran puerta inclinada de metal que se abrió ante nosotros como una gran boca mecánica, engulléndonos al interior.

Nos sorprendió cómo fuimos tratados, nosotros, los soldados de la III Brigada , el puño de ataque humano contra los invasores.

Después del reconocimiento por los guardias, se nos despojó de nuestras armas y fuimos acompañados por cuatro vigilantes armados. No nos dejaron hablar, no nos hicieron preguntas, lo único que hacíamos era andar por corredores estrechos y pasando puertas blindadas. Por fin llegamos a una sala de columnas alumbrada por una gran lámpara situada en el centro del techo abovedado.

De repente , empezaron a salir soldados de detrás de los pilares. Apuntándonos.

Una figura corpulenta ataviada con un traje negro y dorado apareció entre las sombras de las columnas, los soldados la dejaron pasar y los dos más cercanos a ellas se arrodillaron cuando esta cruzó a su lado.

Avanzó hacia nosotros, manteniéndose en la sombra, levantó un brazo y lanzó algo a nuestros pies. Un rastro de sangre se dibujó en el suelo y una cabeza decapitada nos miraba con sus ojos de horror desde abajo. Habíamos sido traicionados........